LIBERTAD PROGRAMADA
TEA, 25 de abril-19 de mayo de 2013
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Prácticas contemporáneas de la fotografía común
La actual
producción masiva de fotografías digitales está estrechamente vinculada a otros
dos fenómenos que afectan a la cultura contemporánea de las imágenes: la
aplicación tecnológica de programas simplificados de tratamiento y edición de
fotografías, y la implantación de redes sociales de comunicación.
Estas nuevas estrategias de producción y difusión aportan
también un nuevo léxico que nos ayuda a definir además nuevas acciones fotográficas: capturar,
descargar, editar, subir, compartir, comentar, likear.
Paradójicamente
lo nuevo digital apela, cada vez más, a la memoria de
una fotografía analógica que se resiste a desaparecer. La mirada vintage inunda el universo digital con
la inmediatez de un toque sobre la pantalla de la cámara o del móvil:
afirmaciones como "La fotografía digital nunca había parecido tan
analógica", o "Imita el acabado de las cámaras de fotos analógicas
que había y que sigue habiendo en el mercado como, por ejemplo, las
instantáneas de Polaroid o el viñeteado de las Lomo", no solo nos hablan de
una inesperada melancolía analógica sino, y sobre todo, de una absorción
estética de lo "antiguo" amparada en la inmediatez y superficialidad
del acto fotográfico. ¿Qué importa cómo, si lo que queremos –como nos recuerdan
las consignas publicitarias–, son solo un puñado de "imágenes
atractivas", reiteradas y programadas?
¿Las fotografías se toman o se hacen? En
nuestros días, hacer una fotografía es solo el primer paso de un proceso
estandarizado y automático de ese acto fotográfico entendido como parte de un
sistema de intercomunicación social: tomamos la foto y la "hacemos" a
nuestro gusto, es decir, la editamos, la transformamos –solo con elegir la
variante de una aplicación de tipos posibles– en una imagen programada, dándole
un "estilo visual" característico y, paradójicamente, uniforme.
Tomar, editar, compartir, ¿eso es hoy la fotografía?
Después de tomarla, de "hacerla"
–o editarla–, después de "subirla" para compartirla, comienza el
turno de la "audiencia", del "público" que debe
incrementarse y consolidarse: el seguidor, el fan, el suscriptor, los amigos
fieles, los contactos, todos podrán expresar su opinión con un lacónico e
icónico "me gusta", todos podrán comentar y todos podrán, nuevamente,
compartir. ¿Hacia dónde irán las fotografías?, ¿hasta dónde llegarán?, ¿qué
"alcance" tendrán?, ¿cuántas personas hablarán de ellas?
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